Hablando contigo mismo y no sólo escuchándote a ti mismo — Tim Keller

¿Te has dado cuenta que la mayor parte de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de que te estás escuchando en lugar de hablarte a ti mismo?

Salmos 42:3–6

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Mi Salvador y mi Dios.

El salmista dice que su alma esta abatida y turbada. Y muchos de nosotros estamos experimentando eso en esta pandemia. Ante esta situación, ¿qué debemos hacer? Hay 3 cosas que el Salmo dice que debemos hacer:

1. Derramar tu alma:
Esta una práctica muy bíblica, que significa, en términos más actuales, reconocer y permitirte sentir todas tus emociones en ese momento. No deberías pensar que por ser cristiano y tener que confiar en Dios no deberías sentir lo que sientes. No, el salmista reconoce y se pone en contacto con sus sentimientos. Él está escuchándose a sí mismo y reconociendo sus emociones y todo lo que siente en su corazón. Y derrama su alma.

2. Hablando contigo mismo:
El salmista se habla a sí mismo. ¿Has notado que cuando dice “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?” ? no le está hablando a Dios ni a al oyente, él se está dirigiendo a sí mismo. Es una conversación consigo mismo. Y esta es la verdadera esencia para poder sobrellevar cualquier problema por ti mismo. El pastor Martyn Lloyd Jones predicó una vez sobre este salmo diciendo:

“Lo primero que debemos aprender es lo que el salmista ha aprendido, y esto es a tomarnos en serio. El salmista habla consigo mismo. Es importante darnos cuenta que no es lo mismo que la morbilidad o introspección. Debemos hablarnos a nosotros mismos, en vez de sólo permitirnos escucharnos a nosotros mismos. En la depresión espiritual, sólo nos escuchamos a nosotros mismos, y no hablamos con nosotros mismos. ¿Estoy siendo demasiado deliberado y paradójico? De ninguna manera.

¿Te has dado cuenta que la mayor parte de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de que te estás escuchando en lugar de hablarte a ti mismo? Entonces, el salmista dice a sí mismo: “Mira, escúchame un momento”. Y debes recordarte a ti mismo quién es Dios, qué Dios ha hecho y qué Dios ha prometido. Y, luego, desafiarte a ti mismo, desafiar a otras personas, desafiar al enemigo y desafiar a todo el mundo, diciendo: “porque aún he de alabarte, mi Salvador y mi Dios.”

Lo que dice Martyn Lloyd Jones es que si escuchas a tu corazón, te dirá muchas cosas que te darán pánico: “¡Oh, por Dios! Mira esta situación, ¡nunca va a mejorar! Escúchame, esto puede pasar, lo otro puede pasar”. Pero después de escuchar estas cosas, debes decirte: “Permíteme hablarte sobre unas cosas, corazón. Esto es lo que sé de Dios, éste es el plan de Dios, esto es lo que ha prometido”. De esa manera, estarás hablando contigo mismo.

3. Reordena tus esperenzas:
El salmista dice: “Espera en Dios, porque aún he de alabarle”. Él está redireccionando dónde pone sus esperanzas. Y, por supuesto, tenemos como cristianos otros salmos que nos podemos decir: “Bendice, alma mía, a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”.

Cuando pienso en mi justificación, no voy quedarme estancado en mi pasado y llenarme de culpa. Cuando pienso en mi santificación, voy a recordar que puedo cambiar y no pensar que siempre seré igual. Cuando pienso en mi adopción, voy a recordar que Dios me escucha, me ama, me ama como un padre ama a sus hijos. Cuando pienso en mi futura resurrección, no tengo miedo de envejecer o morir. Cuando pienso en cuánto Dios me ama en Cristo Jesús, voy a tener confianza.

Derrama tu alma, habla contigo mismo y ordena tus esperanzas. De esta manera, podrás decirle “¡Aún he de alabarte, mi Salvador y mi Dios!”

-Este es una traducción del mensaje de Tim Keller en Gospel in Life.